ZARANDEARME, ¿POR QUÉ?

 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Lucas 22:31,32

Todos podemos recordar que antes de este suceso que se narra en estos versos Jesús hizo una pregunta crucial a sus discipulos: “¿Quién dice la gente que yo soy?” Algunos respondieron, un profeta o un maestro. Pedro (Simón en ese momento) dijo, “Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios.”  Jesús dijo que el Espíritu Santo se lo reveló a él, no carne ni sangre. Y renombró a Simón como Pedro.
Ahora en el capítulo 22 de Lucas Jesús se dirige a Pedro pero menciona su nombre dos veces lo que significó que Jesús realmente quería llamar su atención. Creo que todos experimentamos cuando niños que si nuestros padres nos llamaban por nuestro nombre repetido entendíamos que necesitábamos tomarlos en cuenta. Si además nos llamaban por el nombre y el apellido, entonces nos debíamos preocupar. Pues parece que un recurso similar utilizó Jesús con Pedro. Al repetir su nombre quería que Pedro supiera que lo que diría luego era bien serio.
Así comienza a darle dos noticias. Nosotros diríamos hoy,  una buena y una mala.
Primero le dice: "... Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo"
 “Satanás ha pedido…” ¿Se dan cuenta de lo que esto significa? Satanás no puede atacarte a menos que Dios lo deje. (Tenemos el ejemplo de Job). Satanás tiene que pedir y serle permitido, tocar a los hijos de Dios. Esto nos da una gran esperanza. Saber que no estamos a merced del enemigo. De ahí la respuesta de Jesús a Pilatos: "...Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba..."
Juan 19:11


Regresemos. La petición de Satanás era zarandearlos como se zarandea el trigo. Si había alguien que entendía esa metáfora era Pedro. Zarandear el trigo es el proceso de separar el grano, de la paja; y esto era hecho poniendo el grano encima de una zaranda, un colador, con el cual se sacude fuertemente de un lado a otro, al hacer esto, la paja queda en el colador y sólo el grano limpio cae en el recipiente para luego ser guardado en el granero. Imagino a Pedro preguntándose para sus adentros, "¿pero, por qué Señor? Tú puedes evitarlo. No se lo permitas." Esa también sería mi primera reacción. Nadie quiere ser zarandeado de aquí para allá sin embargo sabiendo que los pensamientos de Dios para nosotros son de bien y no de mal,  algo  bueno debe resultar de ello. La respuesta la tenemos en la misma ilustración del trigo. Como ya dijimos ese movimiento es usado para separar las impurezas de la buena semilla. Tú  y yo somos la buena semilla que en el proceso de santificacion necesitamos ser limpiados de todo aquello que nos sobre y afecta aunque para  lograrlo necesitemos ser removidos una y otra vez. Ese es un gran, aunque doloroso, beneficio. Luego la esperanza que siempre encontraremos en la palabra de Dios, sería el segundo beneficio. No estaremos solos en ese proceso: "... pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte..." ¡Qué importante! Dios preservará nuestra fe durante el proceso. Todos sabemos que lo primero que se afecta cuando atravezamos momentos dificiles es la fe. Pero Jesús nos garantiza que será guardada. Sin importar lo difícil y largo que resulte el zarandeo, tendremos nuestra fe intacta cuando este termine. 

Por último tendremos un tercer beneficio. "...y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos". El haber pasado un proceso purificador nos capacitará para confirmar la fe de nuestros hermanos. Para ayudar, animar y fortalecer a nuestros hermanos cuando pasen por diversas pruebas para que también ellos se mantengan fieles a Dios.


Estás siendo zarandeado ahora mismo. No pidas a Dios que te saque de la prueba. No te resistas al alfarero. Déjate moldear por sus amantes manos. Sólo pide que se cumpla su promesa: que tu fe no falte, sabiendo que cuando todo haya terminado estarás preparado para cumplir con el propósito de Dios para tu vida. Bendiciones mil