LLUVIAS DE BENDICIÓN SERÁN.
“Y daré bendición a ellas y a los alrededores
de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición
serán.” Ezequiel 34:26
En la cuenca del
lago de Ginebra, La Rade, se observa un chorro de agua de 140 m. El Jet
d'Eau (en español chorro de agua). Según la Wikipedia, es uno de los
monumentos más importantes de la ciudad.También es una de las fuentes más
grandes del mundo. Situada en el lugar en el que el lago Ginebra desemboca
en el río Ródano, es visible desde toda la ciudad y el aire, incluso
volando a una altura de 10 km por encima de Ginebra.
Dos bombas de
500 kW lanzan quinientos litros de agua por segundo a una altura de
140 metros. Las bombas operan a 2400, y consumen más de un megavatio de
electricidad. El agua sale de la
boquilla a una velocidad de 200 km/h. Cuando está en funcionamiento, hay
unos 7000 litros de agua en el aire en cada momento. Se dice que si los
visitantes están desprevenidos de la fuente (que se puede alcanzar a través de
un muelle de piedra desde la orilla del lago) pueden ser sorprendidos y
terminar empapados si la dirección del viento
cambia sin que ellos lo noten. No me imagino la impresión que causa en alguien,
que le caigan de momento, miles de litros de agua encima.
Pensar en esta
fuente me hizo recordar la promesa de Ezequiel 34:26. Pensé en cómo sería que
caiga sobre nuestras vidas y de momento, la lluvia de bendición de la que habla
el profeta. Mi corazón salta nada más de pensarlo. Siempre pedimos y creemos
que Dios quiere y puede bendecirnos. Sabemos además, que cada día la bendición
de Dios nos alcanza a través de sus misericordias, que se renuevan cada mañana
por Su fidelidad. Pero, el profeta nos está hablando de una bendición
extraordinaria, descrita en términos de “lluvia de bendición”.
Imagino sea una
bendición tan grande, extraordinaria y constante que no pase inadvertida a
nuestros ojos. Una bendición que nos será imposible acreditarla a nuestro
desempeño, fuerza, inteligencia, astucia o hasta a la suerte. Sólo Dios, podrá
ser responsable de ese chorro de bendición. Sólo Él tendrá la capacidad de
disparar sobre nuestras vidas tal bendición que nos deje perplejos y empapados
como a los turistas en el Jet d'Eau.
Dice Dios, a
través del profeta que esta lluvia caerá “en
su tiempo”. En la traducción Nueva Versión Internacional cuando habla
acerca del tiempo en que descenderá esta lluvia dice:
Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno.
¿Cuál es el tiempo oportuno? Sólo es conocimiento
del Dador de la lluvia. Nosotros sólo tenemos que saber que en en su
tiempo, en el tiempo oportuno esta lluvia de bendición descenderá sobre
nosotros. ¡Gloria a Dios! Pide al dador de la lluvia que envíe su lluvia de
bendición sobre tu vida, tu casa y todo lo que tienes.
Cantemos juntos en nuestra oración a Dios hoy:
Lluvias
de gracia, lluvias pedimos Señor;
Mándanos
lluvias copiosas,
Lluvias
del Consolador.
¡Que la lluvia de bendición te sorprenda más pronto
de lo que puedas imaginar!
Bendiciones mil.
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